En la calle 5 de Mayo circula un Mercedes Benz blanco del año. El conductor, es un tipo discreto, elegante y de buen gusto en un traje oscuro impecable sin una sola arruga, camisa blanca, y una corbata con un nudo perfecto. Qué diferencia con la contrastante forma de vestir del Senador, cuyas mancuernillas alumbraban la humilde cara de Paco. Lleva las dos manos sobre el volante lo que deja ver que no usa reloj. Se empieza ver la sombra de la barba que, por la hora, empieza a salir nuevamente. Sus párpados caídos y sus hombros hundidos reflejan cansancio, y no es para menos. Ya es la segunda vez en la jornada que ve la noche y aún no termina el día. El tráfico a esa hora es complicado en la zona del centro de la Ciudad de México. Mueve la cabeza de lado a lado y el cuello le truena como nueces en Navidad. En el asiento contiguo hay una copia de El Informe Madelman en un círculo grande. El resto del periódico tiene varios pasajes subrayados y algunas anotaciones al costado. La noche cae pesada sobre la ciudad. Se acerca al parabrisas al tiempo que voltea hacia arriba percatándose de algunas gotas que anuncian la fuerte lluvia que caerá. “Lo que me faltaba” se comenta a si mismo apretando los dientes. “Al menos una hora más.” Prende los limpiadores y le sube el volumen al radio para continuar escuchando el noticiero de la noche.
“En el mejor de los casos se podrá evitar una nueva recesión,” comenta Agustin Carstens, Gobernador del Banco de México en el radio “pero dado que hay una serie de países con una situación francamente endeble no se podrán eludir tiempos difíciles y largos de bajo crecimiento económico, particularmente en Estados Unidos y Europa”.
Avanzando sobre la calle de Hidalgo, se aleja del centro de la Ciudad de México. A su izquierda el Palacio de Bellas Artes y la Alameda Central en donde se concentran negocios mal establecidos, una feria popular y puestos de esquites y desquites. En las orillas del edificio del SAT algunas personas durmiendo en la calle, tapándose con algunas cobijas y cartones mojados.
“Ellos no estaban hace unos años, señor Carstens… a penas catarrito nos daría” le contesta nuevamente a la radio. “Y Cordero mantuvo en secreto la fórmula para vivir con casa coche y comida por 6,000 pesos. ¡Vaya egoista! Algunos sí nos acordamos... Algunos sí nos acordamos.”
De forma brusca detiene el auto en la esquina para dejar pasar a un grupo de personas que cruzan la calle: un muchacho empapado, sin una pierna y con muletas que camina lento en la lluvia; un viejo invidente que camina apoyándose de un niño.
Da vuelta en Reforma y continúa por varias cuadras por la avenida y finalmente llega a su destino. Se estaciona en la calle, apaga el radio, apaga las luces y el coche. Toma un respiro, se acomoda la corbata en el espejo, toma el periódico y baja apresurado, corriendo hacia un toldo con una puerta pesada de metal para mojarse lo menos posible. –“¡Más de una hora tarde!”- piensa. Empuja una puerta y entra limpiando sus impecables zapatos negros en un tapete que dice “Le Benoît au Paris”.
Referencias / #Recordación:
Carstens/bajo crecimiento: http://www.milenio.com/cdb/doc/impreso/9022729
Cordero/6000 pesos: http://eleconomista.com.mx/sistema-financiero/2011/02/25/6000-pesos-na-mas-pa-comer
Derechos Reservados© Rodrigo Llop 2010
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