Visiblemente cansados, los cuatro se encuentran en el restaurante, afinando los últimos detalles al informe. Catalina, quien es muy diestra y calificada para la mecanografía termina de teclearlo. Todos están más que satisfechos.
El Informe Madelman: 29 de Noviembre de 2011
“Buscar a un culpable es sencillo, simplemente hay que encontrar una buena historia que considere todos los elementos. Si el culpable no puede defenderse es aún mejor. Si los afectados son capaces de creerse todo por ser un cuento elaborado o por ser demasiado ignorantes para ello, aún mejor. Apotenco tuvo la desgracia de quedar sepultada por un alud de lodo espeso. La naturaleza cobró 17 vidas desapareciendo el 80% de las humildes casas del pueblo. Nada de esto hubiera sucedido si se hubiera respetado la zona verde que a unos metros cuesta arriba protegió desde siempre a la población de Apotenco. Las fuertes lluvias que azotaron la semana pasada la región no inundaron el lujoso campo de golf, que se construyó en donde antes se sembraba café. Por desgracia el plantío, que detenía y desviaba las lluvias al tiempo que sostenía el subsuelo con sus fuertes raíces evitando la erosión, no estuvo ahí este año para soportar la brutal precipitación. Tanto la constructora como la inmobiliaria encargadas del proyecto tienen una participación a nombre de Eusebio Simón y Sacarías Hernández, primo hermano y cuñado del senador Macario Simón. Los terrenos ejidales fueron vendidos al consorcio bajo el asesoramiento jurídico de un despacho sugerido por el gobierno del estado. Las tierras fueron pagadas a menos del 5% del valor catastral a los campesinos de Apotenco para ser vendido posteriormente como un lugar de casas de campo para millonarios de la zona. ¿El permiso? Directamente de un acuerdo entre el senador Macario Simón y el gobernador del Estado, el gober Seboso.
El resort cuenta con un campo de golf de 18 hoyos de clase mundial, hotel spa, casas lujosas y, para coronarlo, una carretera de más de 50 kilómetros para llegar. Apotenco en cambio, sigue sin tener vías de acceso pavimentadas e incluso telefonía, aunque con la llegada de la urbanización, también llegó, de rebote, una débil señal de telefonía celular. Incluso podrían contratar Internet en caso de tener computadoras pero… ¿quién las tiene en Apotenco?
Las fortunas del primo y el cuñado del senador se vieron brutalmente incrementadas una vez que el gober Seboso tomó posesión del puesto. El senador Macario Simón, sin embargo, sigue declarando un modesto departamento en Coyoacán y un Ford de hace tres años.
La naturaleza tiene la capacidad de crear y de destruir. Esta destruye más y peor si el hombre mete la mano. Una historia de corrupción, de avaricia de un individuo y de intereses económicos.
Esta historia tiene una héroe en particular: Alan. El niño sobreviviente de toda una familia sepultada en lodo, pero sobre todo sepultada en corrupción, en avaricia y en intereses económicos. Una víctima recibió la espalda de un sistema que miró hacia otro lado y que decidió hacerlo héroe como el único sobreviviente. La historia de un pueblo que no supimos ni quisimos atender y que dejó abandonado a un niño no solamente indefenso, si no que ahora está en manos y cuidados de quienes fueron los verdugos de la masacre. Un niño que como respuesta recibirá, con gran seguridad, uno o dos meses de comida caliente y de techo y un par de curitas para sus heridas. Después, cuando nadie se acuerde de Alan, quedará a su suerte sin sus derechos básicos: salud, hogar, educación y familia. Esta columna se encargará de que el reflector siempre esté apuntando a Alan. Pero, ¿a cuantos niños no les llega la luz? ¿Cuántos Alan hay en México? La reforma educativa, la reforma de salud y la reforma en materia de lo familiar es necesaria y urgente. Ya es tiempo de que las manos que destrozan sean castigadas y se apruebe lo que el país necesita. Lo que nuestros niños necesitan. Ese no es el mundo ni el México que queremos o que nos merecemos. Menos aún el que debemos dejarle a nuestros hijos. Es tiempo de que nosotros hagamos el trabajo que el gobierno no quiere hacer.”
Alguien toca la puerta de lámina del restaurante. Alex se acerca para abrir. Se asoma y ve una cara conocida. Una obscura figura le entrega un sobre de manila cerrado. Alex le da las gracias y enseguida saca su cartera. El individuo se niega a recibir el dinero de Alex.
-“No jefe, ésta no. Ésta la picho yo. Algo sobre un aceitito que va y viene… sindicato, iglesia, que se yo. Usted sabrá más que yo jefe.” Se ríe mostrando varios espacios vacíos en su sonrisa mientras se acomoda una gorra de Banco Capital. Paco, el bolero se va cojeando y riendo.
-“Gracias Paco… te veo la próxima semana”. –contesta Alex mientras abre el sobre, saca una nota escrita a mano y un cassette. Sonríe, voltea hacia ambos lados de la calle revisando si alguien lo vio y se mete al restaurante nuevamente. Ahora están listos para el siguiente Informe.
Derechos Reservados© Rodrigo Llop 2010
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