Daniel se encuentra tomando un café en una terraza enfrente del Palacio de Bellas Artes. Recuerda que en alguna de las tantas visitas a Los Pinos buscando al Presidente Calderón, conoció a un párroco con el que compartió casi toda la marcha. Con él, después hizo una entrañable amistad. Daniel le contó sobre su alcoholismo, la forma en la que él y su esposa se perdieron en el abismo de la soledad y finalmente su más íntimo secreto: la forma en la que en alguna ocasión pensó en suicidarse. El padre Ramón le contó sobre la Madre Teresa de Calcuta y que en alguna ocasión ella dijo “No debemos permitir que alguien se aleje de nuestra presencia sin sentirse mejor y más feliz.” De alguna forma esto lo confortó. Le dio vueltas y vueltas a esas palabras.
No puede dejar de pensar en esa historia cada vez que visita esa terraza, platicó horas y horas con el Padre Ramón precisamente en ese lugar. En este mundo si no hay tristezas no hay alegrías y viceversa decía el Padre Ramón. “Hazle frente y sé fuerte”.
En la marcha a los Pinos no se consiguió nada. Después se enganchó con otras marchas: las muertas de Juárez, los paisanos indocumentados que mueren intentando cruzar el Río Bravo y muchas más. Incluso compartió muchos pasos, muchos kilómetros con Javier Sicilia. Se volvió en una especie de adicción con la cual se olvidó de su alcoholismo y de su brutal depresión. Poco a poco, Daniel empezó a salir de su profunda obscuridad en la que vivía. Escapó del profundo calabozo de recuerdos que no le permitía avanzar y dejó de desperdiciar su vida deambulando por las tanto por calles como en el interminable laberinto de su confundida mente.
Así creció una especie de fundación en la que sus donativos eran horas de investigación, recopilación de imágenes e ideas y presión. Después su vida cobró sentido que ahora tiene. La esposa perfecta, la familia perfecta y el hijo que siempre quiso y que fue en algún momento un regalo del cielo se fueron, pero de una u otra forma, la vida continúa.
Después de tomar unas fotos desde la terraza, se acerca a la explanada del Palacio para continuar con una sesión fotográfica para su portafolios personal. En uno de sus disparos una mujer se cruza y a través del lente ambas miradas se entrelazan. Finalmente alguien le roba el aliento nuevamente. Con un inexplicable e incontrolable pulso de emoción se acerca a hablar con ella.
-“Disculpa pero te cruzaste en mi foto.”
-“Lo siento, deberías intentar a las 4 de la mañana cuando no pasa nadie. Continua con lo tuyo que ya no pasaré otra vez”. Contestó.
-“No es eso, es que la foto es espectacular y me gustaría regalártela y pedirte permiso para usarla en una exposición”. Ella sonríe y baja la mirada mientras se ruboriza.
Ella, igual que él ha sufrido, cosas que no tienen importancia y situaciones que no tiene sentido describir. Él revisa nuevamente la foto y la admira. Se presentan, intercambian sonrisas y se pierden entre la gente mientras platican.
Nadie se salva de disfrutar las maravillosas sorpresas de la vida. Unos de una forma y otros de otra, en un momento u otro. A algunos les toca vivir la pérdida de un hijo, a otros la pérdida de sus padres. A algún niño le toca vivir el divorcio de sus padres y a otros no tener padres y vivir en una casa hogar. A algunos niños les toca vivir un exilio en busca de nuevas oportunidades, a otros como resultado de una guerra. A algunos un secuestro o el secuestro de un hijo. Estos son, como tal, los retos de la vida y siempre van a doler pero no nos van a tirar… también esto va a pasar. Al final se convertirán en experiencias, después en fortalezas y finalmente en alegrías. Son acertijos, los acertijos de la existencia y alguien que esté cerca o lejos te ayudará a resolverlos. Alguien con un rostro conocido o con uno rostro desconocido. Siempre hay alguien que está listo y dispuesto a ayudar. Sin miedo a buscarlo y sin miedo a pedir ayuda acércate a ese alguien. Ahí están ellos y detrás hay más.
Referencia / #Recordación
Persona del año: http://eleconomista.com.mx/internacional/2011/12/14/manifestante-personaje-ano-time
Derechos Reservados© Rodrigo Llop 2010
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